Pensando para elegir presidente, no radicales.

Ni con Uribe, ni con Chávez, dos gobiernos con posturas políticas diferentes, pero en el fondo ambos son un régimen socialista o capitalistas, que coarta las libertades y el derecho a pensar diferente. Gobiernos que aniquilan a la oposición y al que está dispuesto a criticarlos.

por: Neyder Jhoan Salazar
Anhelo pronto la llegada de las elecciones del 2010. Esperando un cambio en el gobierno que parece perpetuarse en el poder. Pero no se que le espera al país sin una verdadera renovación política y los mismos de siempre en su puja de intereses. A última hora no saben si hacer alianzas, si elegir un candidato único, si ir a consulta, si apoyar a Uribe en su campaña para una reelección, que mejor no, pero sigo su línea política. Mejor dicho estamos como siempre, con líderes sin sus criterios políticos definidos y claros, de un lado al otro como las algas en un lago eutroficado, es decir contaminado.

Con este panorama preámbulo de las elecciones, la salida no es la que han tomado los desencantado que ya no creen en política, por el contrario si no ven opciones, proponga una, sea participe de los procesos que guiaran el rumbo de la nación. No se aleje de ser políticamente activo, hay escenarios como los que ofrece el mundo de internet que le permitirá tener voz, proponer y hacerse visible.

En medio de las relaciones internacionales en continuo caos y con dos presidentes de agarrón en agarrón. Me preguntaron que si tuviera la posibilidad de elegir entre Uribe y Chávez como presidente de mi país o de otro, a cuál escogería o con cuál me quedaría. Que pregunta tan difícil, si al momento de tener que elegir no hubiera más opciones. Creo que el voto en blanco sería mi mejor aliado. Claro que respondí, que no estaría dispuesto a asumir el riego con ninguno de estos dos personajes. No me quedo con ninguno de los dos como presidente. Ambos gobiernos son absurdos, sin desconocer el aporte en determinados aspectos. El loco de Chávez, como lo llaman algunos opositores de su gobierno, no es opción. No me quedo con un presidente que quiere apoderase de todos los medios y violar la libertad de expresión de ciudadanos que piensan diferente al régimen. Un presidente que se cree omnipotente, como si fuera indispensable, aprovechado el poco poder económico que tiene su país. Piensa que peleando con el resto de países, va someter a una unión, a un bloque socialista suramericano a los que piensan diferente. Eso no se hace con amenazas y antojos de romper relaciones cada vez que se le da la gana, que lo juzgan, lo critican o cada vez que un país piensa hacer algo que no le conviene a su sistema de gobierno. Pero sin duda reconozco la capacidad para lograr fortalecer un sentido social en parte de América. Del socialismo defiendo sus criterios tan bonitos de justicia, derechos e igualdad que muchas veces se quedan en ideales. Gobiernos donde pocos tienen muchos y viven como reyes, mientras la gran mayoría de la población viven desventajas. Pero sin duda es una postura política a la que le debemos el sentido de la solidaridad y el trabajo en equipo. Gracias a gobiernos como estos se han logran gestar procesos comunitarios, reivindicado los derechos de la población.

Tampoco me quedo con la otra opción, no elijo a un presidente como Uribe que poco le importa lo social, que solo le importa enriquecer a los ricos mientras a los pobres se les hunde con leyes en el congreso. No pienso apoyar a alguien que solo piensa en guerra. Un gobierno que aviva un conflicto con más violencia. No defendería a un gobierno que no respeta la oposición, que la amenaza e infiltra ilegalmente. Aun así no se puede desacreditar sus logros de seguridad e inversión extranjera. Logros que han traído problemas sociales, muertes de inocente y pérdida de empresas públicas. No hay que olvidar que gracias a esta línea política capitalista se ha logrando el avance tecnológico, que ha facilitado la vida, pero también la destrucción.

No me quedo con presidentes locos, ni asesinos, ni un régimen que aniquila la libertad y la oposición, que somete a pensar igual a punta de armas. El que quiera gobernar que utilice sus argumentos pero no los implante a la fuerza. No quiero seguir viendo desaparecer a todo aquel que no comparte las posturas del gobierno de turno.

Si puedo escoger el presidente de mi país, no escogería a ninguno de los dos, le apuesto a una democracia, una sociedad más justa, que respete, tolere y no someta. Son dos régimen de diferentes posturas políticas, ambos dañinos por sus radicales que no tiene cabida en una sociedad diversificada y divergente. Finalmente hay que recordar la frase de François Marie Arouet y que debería ser unos de los principales criterios para llegar al poder: “No comparto tus ideas, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarlas”

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