Recorrer la zona donde se construye la hidroeléctrica de El Quimbo es ver como Emgesa, Enel y Endel destruyen de manera acelerada el territorio. Lo que implica la destrucción de todo lo que se encuentra a su paso, ecosistema y población afectada que agudiza una crisis social evidente en las movilizaciones.
Es poco lo que se salva, casi todo parece ser destruido. En menos de un año son millones de árboles que han sido talados. Las dimensiones de afectación ambiental son irreparables y la extinción de la población de animales es inevitable.
Carlos Cuellar, propietario de una reserva natural en la zona narra que vio una manada de nutrias que tienen como habitad natural el río Magdalena, desplazadas a un lago contaminado del sector. En su mirada hay reflejo de nostalgia, “ahí no es posible que sobrevivan no tienen comida”.
Los animales no sólo han sido desplazados de su habitad y tampoco los únicos. Pescadores del lugar manifiesta que han visto nutrias muertas. También campesinos han sido desplazados, entre ellos quedan persona que aún resisten a no dejar su territorio, es que ya otros han partido. Van siete los muertos desde que se empezó a hablar de El Quimbo y la presión para abandonar su territorio se aceleró, decidieron primero morir antes que versen obligados a dejar todo lo construido en el lugar.
El poblado de Domingo Arias fue destruido, parecen las ruinas de un caserío azotado por un grupo armado, pero son las ruinas del
desplazamiento al que fue sometida la población. Las fincas han sido destruidas para poder ser compradas por Emgesa, bajo la falsedad que eran terrenos inutilizados y sin infraestructura que generara condiciones sociales. Se demolieron las casas para que parecieran ruinas como sucedió con sistemas de riegos, así pasó con la finca el Azuceno en donde a pesar de la destrucción habitantes tienen muy claro que era un lugar habitable y hace muy poco destruido.
A esto se suma la grave situación económica de los pobladores del lugar, no es para menos con el proyecto el costo de vida en la zona se incrementó, las tierras que no se inundarán parecen las más costosas de país. La situación se agudiza cuando se ha perdido las fuentes de empleo y la cadena productiva de la zona que provenía de la agricultura y ganadería. Zoraida Bravo, madre de 5 hijos manifestó que viven sólo de la pesca, “para nosotras no hay ni empresas, hay muchas madres de hogar que no hayan que hacer sin fuente de trabajo porque la represa se las quitó”.
Esta situación hace que los pobladores campesinos tomen acciones de movilización en lo que han llamado la defensa del territorio.
Movilización para resistir
Una nueva de las múltiples movilizaciones realizada por la población demuestra el inconformismo por los incumplimientos y la violación de derechos a la comunidad. El fin de semana, integrantes de la Asociación de Afectados por la Hidroeléctrica El Quimbo, Asoquimbo programaron hacer una marcha pacífica hasta el túnel que se construye para desviar el río como parte de las obras de la represa.
Paulatinamente, iban llegando a las 8 de la mañana del 30 de septiembre campesinos de diferentes municipios de influencia de lo que será la hidroeléctrica. Enérgicos pobladores de Gigante, Hobo, Garzón, Río Loro, Balseadero, La Honda, Las Aguas, Jagualito y San Antonio de Pescado con la fuerza del sufrimiento en el que viven, estaban dispuestos a defender el territorio. A presionar para que se les defendiera sus derechos, sobre todo al de seguir con sus actividades económicas afectadas.
Gran parte de la población ha perdido sus actividades productivas, por eso exigen una indemnización, el pago de los ingresos perdidos y la restitución de sus actividades productivas. Por la construcción los volqueteros, ya no pueden extraer arena, estos fueron los últimos que protagonizaron una movilización en el lugar.
Hasta los peces se han disminuido, así lo manifiestan más de 90 pescadores de Hobo que estaban dispuestos a tomarse una margen del río en la zona de las obras para que se les garantice sus actividades afectadas, ya que son más de 300 los pescadores artesanales afectados con la disminución de peces y que serán desplazados de su oficio en Hobo. El pescador de este municipio, Berselio Tovar asegura que su situación económica es complicada porque no tiene qué pescar, “esa gente llega adueñarse de todo el cauce del río, se tiraron el puente y se tiraron todo”, refiriéndose a Emgesa.
Aserradores con más de 20 años de trabajo están afectados por perder su actividad económica. Pequeños mineros artesanales como Emiro Cuellar, sostienen que están desamparados, aguantado hambre y necesidades, puesto que se afectaron las minas de oro de Hobo, área de la que fueron desplazado al restringir su ingreso, “Se nos aproxima, Dios no libre de una guerra civil, estamos a la intemperie y no tenemos rumbo de trabajo”.
Los jornaleros fueron despedidos de fincas negociadas por Emgesa. Así sucedió con la hacienda La Virginia en Altamira que compró Emgesa para reubicar a campesinos de la vereda la Escalereta en el Agrado. Obligando a más de 20 jornalearon a dejar sus trabajos, poniendo en riesgo el sustento económico de las familias.
Obstáculo para la libre movilización
El paso de los campesinos en chivas fue obstruido por un grupo de militares y policías fuertemente armados que prohibieron el tránsito por una orden emitida por Fenivar Salazar, alcalde de Gigante que una vez conoció de la movilización prohibió la circulación de vehículos en la zona.
Entre 300 campesinos portando camisetas que decían, “También soy desplazado por el Estado”, se concentraron en la vía y expectantes gritaban, “viva la resistencia”. Entre las voces de campesinos se escuchó decir: Hay harta gente, eso que estamos comenzando. Otro de los campesinos sostuvo, “aquí no se hace nada”, reclamando ir hasta el Paso del Colegio zona del Puente. El pescador, Miller Cuellar Montaelegre manifestó, “tenemos que ubicarnos en el puerto y hacer cambuches porque la gente de Emgesa se está pasando por el río, no están perjudicando con la represa se merma el agua y la pararte de abajo se llene de arena, los pescadores estamos aguantando hambre”.
Finalmente, los ánimos exaltados de los campesinos, dio hacer una cadena humana e impedir el paso de trabajadores de Emgesa a la obra. ”Si nosotros no entramos, ellos tampoco”, manifestó un líder campesino.
El aspirante a la Gobernación del Huila, Carlos Mauricio Iriarte llegó al lugar, manifestó su posición de respaldar la lucha de Asoquimbo al considerarla legítima, “están en su derecho de recorrer el territorio, son los argumentos de la protesta social pacífica”.
Minutos después con lasos custodiados por campesinos, se bloqueó el ingreso a la vía que lleva a la obra, sólo podían retirarse y salir de la ésta. Muchos trabajadores salieron a su hora del almuerzo. Aún se guardaba la confianza en las acciones, había esperanza de obtener un fuerte logro. Luz Marina, mujer de la vereda del Balseadero, reconoció que “sería una dicha que se pare esto del El Quimbo que ha traído tanto dolor”, mientras se sumaba a la movilización con sus dos hijas. Entre tanto una gran olla comunitaria empezó a ser preparada por un grupo de mujeres campesinas.
Al atardecer, salieron caminando un restante de trabajadores de la obra. En el transcurso hizo presencia el coronel, José María Lozada que con tono fuerte trataba de conciliar y manifestó que debían sacar los niños del lugar para protegerlos. Según él era prohibido traerlos a la movilización, había en el Coronel una percepción desafiante. La voz de un padre exaltado, dilató sus palabras, “no dejaremos nuestros hijos, estamos defendiendo es su futuro…” Si es una marcha pacífica y aquí no va pasar nada porque no los quieren quitar, aclaró un campesino. Otro respondió: nos lo quieren quitar para golpearnos y sacarnos a la fuerza, “con niños y ancianos no nos pueden sacar”, evidenciando lo que llamó una turbia intención de sacar a los niños para desalojarlos.
Juan Pablo Soler, representante del Movimiento Nacional Ríos Vivos, Manifestó que los niños estaban en la zona no por ninguna estrategia para evitar que los sacaran, “es porque el estado social de derecho no se está cumpliendo, nos están violando los derechos incluido los de los niños, aquí se está en protesta y la gente se está movilizando, hasta niños porque los están sacando del territorio cosa que es ilegal en la Constitución”.
A la zona hizo presencia el Comisario de Familia de Gigante para persuadir a los padres que tenían sus hijos. Una de las mujeres campesinas sostuvo que se le acercó y le dijo que si no entregaba a su hijo, iba ser judicializada por dar un mal trato y que el Bienestar de Familia se lo quitaría. Otra de las mujeres trataba de explicar que eso no se podía. En último lugar, en una improvisada hoja de papel, el comisario anotó que había verificado en la zona que los niños no corrían riesgo, estaban con sus padres en buenas condiciones con alimento y en una movilización pacífica.
Caída la noche, se evidenciaba que el Coronel Lozada desconocía el acuerdo decretado por el Alcalde, solicitó despejar la vía para que salieran los vehículos y el personal de Emgesa, así restituir el derecho a la libre locomoción. La comunidad de manera astuta manifestó que eran civiles y por lo tanto el diálogo era con autoridades civiles. Manifestaron que si obstaculizaban la vía era porque un decreto les prohibió circular hasta la zona del Puente, por lo tanto el mismo decreto no permitía ni el paso de los vehículos de la empresa.
Un campesino, conocido como el Guajiro agregó que se les quiere garantizar los derechos a Emgesa para pasar por ahí, “pero nuestros derechos han sido vulnerados por la empresa, a nuestras fincas muchas veces no nos dejan entrar y ahí no pasa nada. Mis derecho que son mi finca son pisoteados y no valen nada, por allá en la Honda tenemos prohibido el paso a Emgesa porque no nos dejaban pasar. Allá nos quieren sacar a la fuerza, ustedes quieren restituirle los derechos a una transnacional porque los nuestros no valen”. Asimismo, los pescadores agregaron que tampoco se les permite circular por el río para pescar, así como tampoco pasar por los habituales senderos que llevan a la margen y donde han sido destruidos sus cambuches.
Pasaron pocas horas cuando el tonó de desafiante, paso amenazador, “hemos agotado las instancias del diálogo”, manifestó el Coronel. La unidades del Esmad , grupo de seguridad antidisturbios con tanqueta estaban en la zona, alejados, pero listo para proceder a la orden. De inmediato la tensión aumentó en los pobladores, por instinto de protección los campesinos empezaron a colocar palos en la vía y grandes piedras para impedir el paso del grupo armado. Arengas como, “fuera Emgesa del territorio”, tomaron fuerza. Otra cadena humana se formó, esta vez se trataba de una madre de familia que logró persuadir para levantar una plegaría, con su hijo de menos de 10 años cogido de la mano, dijo, “que Dios nos proteja y pase lo que tenga que pasar”.
La amenaza de desalojo era argumentada en la obstrucción de la movilidad, El Coronel afirmó que en reunión en un consejo de seguridad con el alcalde de Gigante y el Gobernador, se había derogado el decreto, puesto que era ilegal, ya que alcalde no tenía atribuciones para prohibir el paso en la vía nacional. Había orden libre de desalojo, en su tono autoritario da por entrever que serán judicializados según nueva Ley.
Se demanda la licencia
Asoquimbo anunció una nueva medida, según el investigador que acompaña el proceso de resistencia, Miller Dussán, se hizo entrega de una demanda al Consejo de Estado, es el recurso de nulidad al Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo. “Es nuestro legitimo derecho de defender el territorio y la dignidad de los huilenses, ante la ausencia del Estado y el incremento de la violación de los derechos. Defendemos el territorio y la vid, los campesinos están defendiendo el futuro de sus hijos. Quedó en manos de los jueces el futuro del Proyecto El Quimbo. Esperamos que se instale la mesa de protección de los Derechos para que se atiendan los daños causados de toda la población porque aquí no negociamos migajas”.
Con esto la población ratificó que no dialogarán con Emgesa. “Sólo nos reuniremos con el Gobierno, el Ministerio de Ambiente y autoridades de control en una mesa de derechos para que certifiquen los daños causados, ahora esperaremos la respuesta del Consejo de Estado”, manifestó un líder campesino.
La población se marchó, decidió despejar la vía llegada la noche. Reconociendo que ellos no son los responsables del problema, manifiestan que los únicos responsables de las acciones emprendidas son el Gobierno nacional, departamental y municipal, así como Emgesa.
Prefirieron mantener la integridad y la seguridad de los campesinos y la población que se movilizaba frente a un atropello de la autoridad. Una retirada digna, Asoquimbo calificó la movilización en la que resistieron más de 14 horas como un logro más de los campesinos. Un paso en el camino de la lucha de la resistencia que manifestaron continuar. Se marcharon unos con el inconformismo que podía haber dado la batalla, ya que están casados de la situación. Otros con la esperanza y la fuerza latente para seguir con las acciones, así logar la suspensión de las obras de la represa y la cancelación de la licencia ambiental como garantía para la defensa de sus derechos.
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