Es claro que los nuevos ministros acrecientan la crisis que vive el país, limpia las manos de lo salientes y condena al agro a favor de las transnacionales. Entre los nuevos ministros está en Minambiente Luz Helena Sarmiento, lo que evidencia que el Gobierno contrario a trasformar la política agraria que hoy tiene al país en una grave crisis, acrecienta el modelo económico a favor de las transnacioneles y el despojo de las tierras del campesinado; es decir que sus acuerdos y cambios no son más que contentillo porque en el fondo todo sigue igual y no va cambiar.
Esta Helena era la directora de la Anla, responsable de entregar miles de licencias a multinacionales en todo el país como fue el caso de la presa El Quimbo que entregó al capital extranjero tierras productivas del Huila. Y MiniAgricultura Rubén Darío Lizarralde, expresidente de Indupalma; empresa concentradora de tierras para producir palma de aceite en América, la Palma ha sido un negocio paramilitar con que se han despojado a miles de campesinos.
Esto también prueba el doble discurso del Gobierno, Hoy mientras se reunían para acuerdos nacionales en el Huila, brutalmente se levantaban a la fuerza concentraciones de campesinos en el Cauca con 4 asesinados por las fuerza del Estado y en Palermo Huila también se despejó la vía violentamente- Pero además ratifica a Juan Carlos Pinzón como Ministro de Defensa, uno de lo que se debería ir por atizar el fuego de la guerra en Colombia por ser responsable de masacrar a nuestros campesinos e incitar el accionar represivo del Estado.
Si se llegó a un acuerdo con los pequeños mineros que se les devuelvan sus herramientas encautadas, que les paguen sus maquinarias destruidas y que liberen a los encarcelados por el delito de minería ilegal e informal del decreto 2235; además que le paguen lo que han dejaron de ganar y se les entregue en asociaciones las minas entregadas a transnacionales. Que se controle la expedición de títulos mineros de acuerdo a un uso de la tierra con prioridad agrícola y de protección ambiental. De igual forma que la minería artesanal tenga trato especial y sea privilegiada frente a otras formas de minería. DE LO CONTRARIO NO DEBERÍA FIRMARSE NINGÚN ACUERDO.
Porque todo lo demás son puro contentillo como el de mantener por sólo un mes congelado el precio del ACPM, esto no resuelve nada, luego entonces seguirá subiendo como el resto de combustibles a pesar que comparado con Corea del Sur que importa la gasolina de Colombia, sea allá más barata. O como la simple congelación del decreto 970, sin que lo deroguen y se les paguen las miles de semillas destruidas y toda la perdida que han enfrentado por la criminalización, pues los agricultores han sido
tachados de delincuentes y perseguidos por sembrar sus semillas. ¿Dónde está la condena de la sociedad por la destrucción de alimentos? Todo con los acuerdos parece seguir igual, sólo se habla de refinanciarán créditos y la deuda con intereses seguirá crecido, falsas promesas de buscar formulas que se quedan en palabra y de un proyecto de Ley de condonación de deuda nada seguro. La propuesta de utilizar salvaguardas no es dejar de importar; es claro que el Gobierno es firme en su negativa de reconegociar acuerdos comerciales, por esos persiste en el nuevo con China que vendrá además a construir más represas en el País, por eso su afán en las relaciones comerciales. Es que aquí el problema no es de subsidios, es de cambios estructurales en la política agraria y económica que nos condena al despojo y la perdida de soberanía alimentaria, ¿CUÁL ACUERDO?
Nota I: Bien por las comunidades indígenas que con dignidad se levantaron de la Mesa Permanente de Concertación y suspendieron diálogos con el Gobierno Nacional por incumplimientos del Gobierno Santos.
Nota II. Aquí nos hemos enseñado a vivir entre los muertos; comemos entre muertos, tomamos cerveza entre la muerte o hacemos de la muerte un chiste. Cómo es posible que despierte más indignación un pequeño incendio en las instalaciones de una universidad pública, y que esos indignados no digan ni una sola palabra por el vil asesinato de 4 humildes campesinos en manos de la fuerza pública en el Cauca, o de la violenta arremetida que vivieron ayer campesinos en Palermo o de los posibles hechos de desalojo que dejarán hoy quizás otros muertos en Algeciras. Acaso la muerte de un ser humano no debe despertar más indignación que cualquier otro hecho, ya se han asesinado 6 campesinos en este paro pero la sociedad hipócrita ni se inmuta, su indignación no da para tanto. El valor por la vida se ha perdido y preocupa más el valor material, eso ha dejado la sociedad occidental. Si bien rechazo los hechos que terminaron por quemar un taller que acumulaba cosas viejas e irreparables, rechazo más aún y con suma contundencia, mi indignación si me da para pronunciarme por la Masacre al campesinado de Este gobierno por la que muchos no dicen nada.
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