Algo que
parece insólito en una universidad pública, me sucedió en la Universidad Surcolombiana. Me restringieron el acceso como egresado, la
razón argüida es que no se permite el ingreso de egresados después
de las seis de la tarde.
Sobre las
5.45 de la tarde me disponía a entrar a
la zona de parqueo de motos de la
Universidad Surcolombiana, como cada
lunes y miércoles me dirigía a orientar
una cátedra del Programa de Comunicación. El vigilante de la entrada solicitó el carnet,
portaba el de egresado de la Universidad y le expliqué que iba a dar una clase. Sin embargo, pese a
mi justificación, su respuesta fue, “pero es que no se permite el ingreso de egresados después de las
6, tiene que dejar la moto afuera e ir
por la otra portería”.
Previamente,
había escuchado a ese vigilante avisar por radio que iba caminando un egresado por el andén para la otra
portería. (Es de aclarar que no se
trataba de mi), situación que me pareció bastante inapropiada y pasó a preocupante
cuando se me impidió el acceso por una portería en la que
semanas atrás me permitían ingresar.
Efectivamente,
intenté ingresar por el portón frente a Saludcoop, presenté mi carnet de
egresado a otro vigilante y la respuesta fue la misma, “tenemos la orden de no dejar entrar a egresados después de las seis”.
Mientras trataba de explicar que me
dirigía a dar una cátedra, y que no tenía carnet porque no era contratista,
sólo catedrático invitado. El vigilante me miraba con sospecha, como dudando de
mis palabras y el fin del ingreso que
argumentaba. Finalmente, luego de insistir, me dejó entrar aclarando que esa es la orden y está
prohibido el ingreso de los egresados después de esa hora. ¿Quién habrá dado
dicha orden de no permitir el ingreso de egresados después de las seis?
De dónde
venga, es claro que es desmedida pues de
nada sirve presentar un carnet de egresado, ya que se le desconoce la
condición del mismo. Si la administración
dio dicha orden, creo que es arbitraria, inconsulta y va en contravía de papel
misional de la Universidad. Es una medida torpe y desenfocada, ya que desconoce
la condición del egresado y su relación con
la Universidad. Entonces para qué un proceso de carnetización de egresados, un seguimiento
del mismo y una política de egresados,
si se desconoce su condición y se le restringe el acceso.
De manera
extraoficial conocí que la orden se da
por el problema con algunos egresados que entrar en la noche a consumir
sustancias psicoactivas. Pero, por unos que generan ese comportamiento, no se puede tachar a toda
la población de egresados. Ya que de ser así, se estaría estigmatizando al egresado,
pues se restringen el acceso a todos los
egresados considerando a priori que puede ser consumidores de sustancias psicoactivas.
Se equivocan
aquellos que piensan que por ser egresados, se debe desvincular de la universidad, ya que la universidad es un
espacio de construcción de conocimiento permanente que no solo se adquiere en
aula, también en los pasillos, ágoras, eventos culturales y cafeterías. Muchos egresados aún se encuentran con la
universidad en espacios de diálogos, cineclubes y gremios. Muchos egresados se reúnen en Café y Letras, y otros sitios en la Usco porque
sigue siendo la universidad un espacio de construcción de conocimiento
permanente, pero además de integración y
cultura. Es como si le cerráramos la puerta a los estudiantes que van a barrios
a hacer prácticas, por ser estudiantes y no habitantes del barrio.
No por
ser egresado se desvincula de la comunidad universitaria, de hecho por eso los
egresados pueden continuar sus estudios, vincularse a semilleros y seguir
aportando a la construcción de la Universidad.
Por eso, una verdadera política
de egresados, permite que ellos se vinculen como profesores de cátedra. De tal forma, a nombre de la seguridad no se puede desconocer
la condición de egresado y su vínculo con una Universidad. Un vínculo que
contrario a cerrar puertas, debe permitir el acceso como una universidad pública abierta al
ciudadano. La Universidad no puede seguir enclaustrándose, cerrando sus
puertas como cárcel, como espacio privado donde el control armado y policiaco,
parece predominar.
Si el
problema de consumo de sustancia en la Universidad se va atacar con restricción
y represión, entonces la Universidad se aleja de aportar a la construcción de
paz en un escenario de postconflicto. En un espacio pequeño y cerrado como es la universidad, se debería convertir en un laboratorio de exploración de
convivencia y paz, de políticas de
respeto y tolerancia. No un espacio restringido y de control militar, no
podemos convertir la universidad en una sociedad teledirigida como plantea Orwell
en su 1984. No podemos pensar es una universidad que no explora el diálogo y la construcción concertada de los problemas.
Frente a
este tema esperamos que la oficina de egresados
se pronuncie e intervenga, de lo contrario su política de egresado se
contradice en la efectividad. De igual forma se debe escuchar la voz del
representante de los egresados como veedor de la relación egresado y
universidad. Una verdadera política
egresado ampliaría la atención de muchos egresados que pueden acercarse a la Usco hacer trámites, solo después de las seis cuando terminan su jornada
laboral.
Espero
se abra un debate amplio sobre este tema que por el momento va por mal camino. Un asunto pertinente, ya próximos a elegir
nuevo represente egresados. No podemos seguir escogiendo a quienes se
llenan los bolsillos por debajo de
cuerda con contratos y dádivas con la administración, pero que se quedan callados cuando de poner temas en la mesa se
trata para garantizar la efectiva relación
de universidad y egresado. Es que el profesional
tiene mucho que aportar a la Usco.
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