Una propuesta que se alimenta para construir vínculos y conectarnos con la U.
La Universidad Surcolombiana, pierde terreno tanto en su espíritu misional como de carácter que se soñaba cuando empezó en su construcción. Como lo vislumbra su nombre se pensaba en una Universidad que respondiera a las dinámicas académicas de la región sur, un gran centro de estudio que acogiera a los jóvenes del sur de país para que desde su formación aportaran a la construcción social, económica y territorial.
Contrario a esto, la ambición de una Universidad que atendiera las necesidades educativas del territorio se quedó corta. En un principio fue así, pero nos quedamos rezagados en el camino y no llegamos a otros territorios, al menos no para mantenernos y desdibujar las barreras de las fronteras departamentales. (Hemos tenido experiencias fundamentales en programas como el de alfabetización en el Pato y apoyo a la UniAmazonia). Pero nos quedamos cortos y no asumimos el reto de atender las expectativas de vida de los jóvenes en pequeños poblados y zonas rurales; es que no llegamos con formación a lugares como Putumayo y Caquetá. Escasamente nos quedamos truncados en algunos municipios del Huila a los que llegamos tarde con sedes, pero aún no terminamos de llegar y los mantenemos en el abandono centralizado. El abandono territorial de la Universidad explica la política de intervención de universidades como la UTolima y Uniamazonia en el Huila que se piensan más allá de las paredes.
Nos mantenemos en la burbuja de la Universidad de paredes que no interactúa con su entorno, por el contrario se enfrasca en sus ladrillos y cierra sus puertas. Alejados de responder a las necesidades territoriales, nunca fuimos capaces de abrir un programa agroecológico o zootecnia, entendiendo las demandas de comunidades campesinas con vocaciones agrícola, por el contrario le cedimos el terreno a ingeniería o petróleo pensando en el desarrollo de la economía extractivista que hoy tienen en crisis ecológica a los territorios.
Hoy la Universidad parece desconocer el rol del egresado para la construcción activa de la academia, parece que le desconocemos su condición y vínculo con la Universidad, limitándolos sólo como participantes de encuentros de egresados y carnetización en pro de la acreditación. Hasta le cerramos las puertas que deberían estar abiertas como para cualquier ciudadano que quiera acceder libremente, por ejemplo a la biblioteca. Parece que el problema de los egresados fuera solo un asunto de carnetización y no una verdadera política de seguimiento que debe nacer, en la base de cada uno de los programas desde el mismo momento en que se egresa.
Los egresados son clave para la construcción de ese vínculo de Universidad y región del que nos alejamos y muchas veces desconocemos. Son los egresados lo que están profesionalmente ofreciendo servicios y atendiendo demandas en municipios apartados del Putumayo y Caquetá, su seguimiento activo y su vínculo con la Universidad nos permitirá acercarnos al rol misional de la Usco que hemos abandonado. Tendremos que trabajar con los egresados de manera conjunta en redes y centros de investigación en esos territorios, de necesaria investigación e intervención en tiempos de postconflicto.
Son urgentes los centros de análisis laboral que comprenda las demandas de formación y de perfil profesional. El desencanto de los recién egresados con su programas es una realidad innegable, muchos terminan por no querer saber nada de los programas y de la Universidad, alejando su sentido de pertenencia y desvinculándose abruptamente con la construcción que deben seguir haciendo con la Universidad. No podemos seguir sacando egresados, dejándolos huérfanos en el mercado, sin un política de acompañamiento e inserción laboral. Egresados que se alejan de la Universidad, debemos acompañarlos desde que salen para seguir tejiendo el vínculo activo del egresado y Universidad.
Necesitamos el vínculo de egresado que interactúe con el estudiantado, que les importe los asuntos de la vida estudiantil, pues son estamento en las decisiones del superior, es ahí en ese escenario donde toman en gran medida posición en asuntos de la vida académica de los estudiantes activos. Por eso debemos crear vínculos con los estudiantes de pregrados y posgrados. En este mismo sentido es imperante que generen vínculos labores, investigativos y de formación continuada para los que egresan, de esta forma sigan siendo parte activa de la construcción de Universidad y no se alejen con desasosiego del centro educativo que los formó; recalco que el vínculo no puede ser sólo de encuentros de egresados, cena y foto.
Se debe enfrentar el eterno problema de la comunicación entre la Universidad con el egresado, además del egresado que asume posturas unitarias y que no piensa en la necesidad de construir en colectivo. De egresados que no sabemos sobre el papel que cumplieron, ya que no dan informes y no rinden cuenta y parecen trabajar para ellos, por intereses mezquinos personales o de un grupo pequeño que ve el espacio como un botín y no para una verdadera representación.
Sabemos y sé que la representación no es el único, ni el mejor de los caminos para aportar en la construcción del vínculo egresado y Universidad, pero desde ahí se abona un camino para seguir construyendo una Universidad que se piense la región, que no actué autista a los problemas sociales y territoriales. Espero no desfallecer en el intento y construir los vínculos necesarios con ustedes egresados; afectivos, académicos, culturales y de identidad que permitan conectarnos de manera activa con la Universidad.
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